Don Quijote en la Ciudad de México
Una de las cosas que más disfruto de la Ciudad de México es la diversidad de opciones de entretenimiento que presenta. Hay, literalmente, alternativas para todos los gustos.
Ayer me tocó disfrutar la presencia del Ballet del Teatro de la Scala de Milán con la puesta en escena de Don Quijote y la coreografía del inigualable Rudolf Nureyev bajo la dirección artística de Elisabetta Terabust. Se trata de un ballet en tres actos, basado en el capítulo XIX del segundo libro de "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha" de Miguel de Cervantes Saavedra. El argumento se centra en los amores entre Kitri y el barbero Basilio. Don Quijote y Sancho viven una serie de aventuras en torno a este hecho y el interés del rico y noble Gameche quien quiere casarse con ella. El marco de la puesta en escena fue el Auditorio Nacional. ¿Qué puedo decir? Absolutamente disfrutable.
Empezaré por la música. En este caso fue David Garforth quien como Director de la Orquesta Mexicana de las Américas dio vida a la composición del Ludwig Minkus (1826-1917). La vida de este compositor corrió en paralelo a la del maestro de maestros, Piotr Illych Tchaikovsky, y se vio en gran medida opacado por él. Sin embargo, la gran ventaja de Minkus fue haber montado sus obras en la época de oro del ballet clásico en la corte del Zar. Fue en 1869 cuando se estrenó su Ballet Don Quijote y la coreografía estuvo a cargo del famoso maestro Marius Petipa. Compuso más de 20 ballets a lo largo de su vida, siendo otro de los clásicos que siguen siendo interpretados hasta nuestros días, La Bayadera.
Dos componentes clave del montaje fueron la escenografía y el vestuario. La primera estuvo a cargo de Raffaele Del Savio y fue extraordinaria, logrando transportar a los bailarines y actores en escena a la plaza del pueblo (que me dio en todo momento un cierto aire a Toledo) y permitiendo a los espectadores sentirse claramente en un rincón de España, así como en un molino de viento y en un bosque. El juego de telones, luces y pantallas superpuestas fue detallado, preciso y sobrio. El escenógrafo tiene una amplia experiencia en montajes de ballet y ópera. Por su parte, Anna Anni logró mediante holanes, faralás y vuelos coloridos y llenos de texturas, que los bailarines tuviesen ese maravilloso aire español, gitano y torero, por no hablar de la vestimenta de Don Quijote, Sancho y los nobles y militares napoleónicos que formaban parte de las escenas. La diseñadora italiana nacida en 1926 tiene una gran experiencia que puede ser disfrutada también en la serie de TV Carmen (2003) y en la película Callas Forever (2002).
La presentación que vi ayer tuvo como bailarines principales a Olesia Novikova y a Leonid Sarafanov. Ambos bailarines son un prueba contundente de que Rusia y los territorios exsoviéticos siguen siendo los grandes generadores de bailarines y talento en la danza. No queda la menor duda. Novikova es una bailarina nacida en San Petesburgo que muestra sus dones con gran elegancia. Sus extensiones y movimientos dan cuenta de ello. Como buena discípula del ballet del Teatro de Mariinsky, su técnica es limpia. Cabe mencionar como algo verdaderamente sorprendente los 28 fouettés seguidos (¡los conté sin considerar que cada tercer fouetté era doble!) que realiza en el tercer acto. Por su parte, Sarafanov es un joven talento ucraniano quien también forma parte del Teatro Mariinsky. Su técnica es simplemente perfecta, le faltan años de experiencia aún para transmitir más emoción en sus movimientos, pero la técnica es inigualable.
He rescatado para ustedes una presentación de Nureyev interpretando a Basil en Don Quijote.
Otra versión de Basili con Mikhail Baryshnikov.
Aquí el Pas de Deux del Tercer Acto interpretado por Baryshnikov y Ludmila Semenyaka.
El hecho es que pasa el tiempo y seguimos disfrutando este ballet con los grandes intérpretes del siglo pasado y con los nuevos talentos.
Imágenes: National Library of Australia, Ryaproducciones, Telegraph,
Comentarios
que bueno que te haya gustado..
y que bien lo pintas.. da ganas de ir..
te dejo abrazos.
Gracias a ti por venir. Pues si, es muy rico tener con quien compartir estas cosas y transmitir un poco de la emoción de vivir la experiencia. Me alegra que lo hayas sentido.
Un beso,
La verdad es que si fue una pasada, absolutamente disfrutable. De seguro que a ti también te encantaría. Por lo pronto, las imágenes de Nureyev y Baryshnikov son espectaculares.
Otro beso y gracias por venir.