Reflexiones desde Washington
Las explicaciones de
hace tan sólo dos décadas han perdido
sentido ante los problemas, conflictos, realidades y desafíos que hoy tratamos no sólo de
resolver, sino sobre todo, de comprender.
Vine a la reunión anual del
Council of Councils. Se trata del Consejo que aglutina a los principales think tanks de temas
internacionales del mundo y cuyo convocante es el Council on Foreign
Relations. Discutimos, analizamos y
conversamos sobre una serie de cuestiones que hoy cubren las primeras planas de
la prensa global, sobre todo la de los países desarrollados y que replican los
medios del resto del mundo:
Política doméstica en Estados Unidos y política exterior; la
crisis de Ucrania y su impacto en las relaciones entre las grandes potencias y
el futuro de la soberanía; terrorismo y extremismos; el Medio Oriente; el sistema de salud en el mundo y las
lecciones del Ebola; competencia fiscal y comercio internacional; los dilemas
de la intervención humanitaria, el caso de Siria; el control de armas nucleares
y el Tratado de no Proliferación.
Asuntos vitales, sin duda alguna, que a su vez plantean
nuevas interrogantes y necesidad de nuevas políticas, reflexiones y sobre todo,
un nuevo marco político-conceptual para encontrar respuestas. ¿Quién gana con la anexión rusa de Crimea y
cómo afecta la relación China-Rusia? ¿Cómo enfrentar, comprender, dialogar con
los milennials del mundo árabe que hoy encuentran más respuestas en Google que
en sus familias e historia y que visualizan en los fundamentalismos la solución
al vacío que la estructura de poder de sus países les ofrece? La salud es un problema real y muy tangible en
el mundo y las instituciones internacionales como la OMS (Organización Mundial
de la Salud) tienen un mandato cuya estructura es incapaz de solucionar. ¿La
respuesta está en un país o en las empresas…. Cuyos intereses no son
necesariamente sociales sino que responden a la lógica del mercado? (Por ello
son empresas, no instituciones de caridad.) ¿Por qué las intervenciones
humanitarias van acompañadas de armas y no de ayuda que toque la vida de las
personas y no que les arranque, literalmente, el corazón?
Los temas expuestos son vitales, pero siguen siendo los
asuntos que aquejan a algunos de los gobiernos y grupos del planeta. Para muchos países y sus líderes, el Ebola es
casi un asunto de película, no una realidad que hayan tenido que enfrentar…
como si lo han sido el SIRS o la Influenza.
La cuestión tomó importancia cuando fueron occidentales quienes se
vieron afectados. Al hablar de la cuestión, se habla de números… pero no se
desagregan los datos y la lectura es diferente cuando se sabe que el 75% de las personas
afectadas por esta enfermedad han sido mujeres.
Ante estas reflexiones, inevitable plantearse cómo darle
visibilidad al resto de los problemas de la agenda global y cómo incidir en los
liderazgos que toman decisiones en el mundo. Se habla de “los refugiados” en Siria, cuando
la mayoría son mujeres y jóvenes menores de 15 años…. Las mujeres vistas como “una variable” que no
es imprescindible desagregar ni destacar, cuando somos la mitad de la población y no
participamos en igual proporción en las decisiones que afectan nuestras vidas.
¿Y México? ¿Sus
propuestas respecto a estos temas? ¿Inexistentes? No podemos seguir siendo el
país global que somos y continuar ignorando lo que sucede en el resto del
mundo. Hace falta una posición más
contundente y clara sobre múltiples temas de la agenda internacional. No se
trata sólo de un asunto de gobierno. Los
medios de comunicación, las y los legisladores, el empresariado nacional, la
academia, la sociedad y sus diversas organizaciones, deben (o deberían) tomar posición, partido, elaborar propuestas,
discutir, impulsar el diálogo sobre estas cuestiones. Parece un mal endémico, no sólo de México
sino de muchos países, que “lo internacional” es visto o bien como una
amenaza o
como un campo de juego ante el que no es necesario ni colocarse ni tomar
posición. En este mundo, en este siglo,
es imposible.
Desde una ciudad en la que no pasas una cuadra sin toparte
de frente con la multiculturalidad y con el poder, se torna necesario repensar como derribar las
fronteras mentales desde las que las y los mexicanos explicamos nuestro lugar
en el mundo.
Podemos seguir conversando en Twitter: @LaClau
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