En Miami te veas
Pocas ciudades en el mundo están rodeadas de tantos prejuicios como Miami. La ciudad de la violencia, del Caribe, de los grandes negocios, de las fortunas, de la fiesta interminable, del calor, de las mujeres absolutamente irresistibles, de los metrosexuales, de la diversión sin límite.... y todo esto es cierto. Todo se incluye, sin embargo, lo que irremediable despierta esta ciudad es fascinación, asombro. Imposible quedarse apacible ante los contrastes irreconciliables de esta vertiginosa ciudad.
Mientras recorría Collins Avenue me preguntaba a cada cuadra por qué podría concentrarse tanta riqueza en un sólo lugar y existir miseria en el resto del mundo. Todo pasa y, sin embargo, no pasa nada. Entre Mercedes Benz, Ferraris, Porsches, BMWs caminan deslumbrantes bellezas de largas, brillantes y sedosas cabelleras. El color es lo de menos, pueden ser rubias, pelirrojas, morenas. El blanco brillante de sus dientes y los ojos perfectamente delineados dan cuenta de un mundo en el que el tributo al físico es una religión que se profesa a diario. No hay espacio para la fealdad, hay que ocultarla, llevarla con vergüenza, esconderla. Niñas de 12 años se arreglan como adolescentes mayores de edad. Las actividades diarias son una lucha constante contra el tiempo; envejecer es de mal gusto. Ya no basta con hacer ejercicio y buscar la salud, es necesario operarse y desaparecer todo aquello que remita al inexorable paso de los años. No hay cabida para las arrugas, para un kilo de más, para un vestido debajo de las rodillas, para un escote arriba de la línea que divide al busto....no, hay que demostrar que se tiene todo en su lugar, dispuesto a ser exhibido, ¿tal vez disfrutado o consumido?
Visitar el Bar del W es una experiencia digna de pasarela. No hay personas mal vestidas o fuera de moda (tal vez los que observamos el espectáculo, hay que decirlo). Está fuera de moda no sonreír. No hacerlo es vivir fuera de la caja, no tener cabida, estar...simplemente fuera. En Florida la luz llega desde las sonrisas perfectamente calculadas de cada una de las personas que camina de día y de noche sabiéndose merecedora de ese lujo cotidiano que todo lo envuelve. El resto del estado debe ser para las personas normales. En Miami Beach, todos son diferentes y hermosamente diferentes, y eso... muy a su pesar, los unifica, uniforma, homologa.
En la Playa se disfruta el azul contrastante y tornasolado del mar Caribe, la diferencia es que se puede tomar el sol sin la preocupación de ser asaltado mientras se tienen los ojos cerrados. Nadie trata de venderte un collar de conchas hasta el cansancio, un bronceador hecho con aceite de cártamo y jugo de zanahoria o de robarte la cámara que tratas de esconder entre las ramas de la palapa. Mientras observo cuerpos bronceados caminar con la soltura que da la certeza de saber que se lleva la belleza a cuestas, me pregunto por qué los spring breakers invaden las playas del Caribe mexicano arruinando toda posibilidad de disfrutar de manera plácida el sonido de las olas tranquilas ir y venir. Habrá que promover Miami como destino de las hormonas adolescentes para que no saturen las playas de talco de Cancún.
En fin. Mientras disfruto, como, observo, camino, me acaloro, sudo y vivo mi propio sueño en Miami, preparo mi regreso a la cruda realidad de la Ciudad de México. Al trabajo, a la disciplina del gimnasio para mantenerme en forma y con salud, a la constante aceptación del paso del tiempo y a la realidad que a veces te espera con una sonrisa y otra con un simple gesto de "Date prisa".
Imagen:magnusvyt.com.ar,
Comentarios
Miami, al igual que algunos condados en California, puede ser el pináculo de algunos pecados capitales (metafóricamente hablando)que hacen que facilmente se pierda la perspectiva de lo realmente importante de la vida, que se encuentra en lo más sencillo! (menos es más).
Miami puede envolver a la gente en un mundo efimero y peligroso que sólo contemple cuestiones meramente edonistas y materialistas, pero que al final lo dejan a uno vacio y sin saber el porqué de nuestra presencia en el mundo!
Sin embargo, Miami siempre es agradable cuando se visita y se da uno cuenta que existen cosas maravillosas, lo complicado es acostumbrarse y tener que djarlo!
C'est la vie!
Saludos!
Amorosamentetuyo.
OK....