Camino hacia el olvido. (Parte 8)
"Siempre me ha gustado" pensaba Lorena, mientras escribía en su libreta veneciana el recuento del día, con esa letra picuda y pareja, característica de las mujeres que estudiaron en escuelas de monjas. "Soy verdaderamente afortunada, finalmente se dio cuenta de que soy la mujer que necesita". Tenía una semana de haberse hecho novia de Antonio, el misterioso e inalcanzable Antonio.
Desde niña se había sentido atraída hacia él, visitaba su casa y lo conocía pues sus padres eran amigos de los de ella. Había inclusive, ido a su boda. Recordaba haber sentido envidia de la exesposa cuando los vio caminar por el centro de la Iglesia hacia el altar, ella hubiera querido intercambiar lugares. El siempre la trató con cariño y cercanía, como si fuera alguien de la familia. Ella añoraba algo más que eso, que la viera de otra forma, no como su hermana menor. Se burlaba de los novios que le había conocido y le decía que eran unos tontos, que ella merecía a alguien más listo.
Supo de Jimena por Normita, pensaba que "el Señor" finalmente había encontrado a la mujer con quien estar. Sintió tristeza al enterarse. ¿Algún día se fijaría en ella? Cuando se enteró escuchando una conversación de sobremesa entre la mamá de Antonio y la suya, que aquel romance había terminado, las mariposas no cesaron de dar vueltas interminables por su estómago. Los detalles no le importaron, como tampoco le importó jamás que su madre dijese que era un hombre complicado e incapaz de establecer relaciones duraderas y sin problemas. Ella siempre supo que era el hombre de sus sueños.
El día que se encontraron en el Brick y él la miró como lo había hecho, ella supo que algo sería diferente. En efecto, Antonio la buscó al día siguiente -eso había sido hacía diez días- y dos días después la besó cuando fue a dejarla a casa de sus papás. Era suficiente para saber que ya eran novios, lo había sentido en sus besos y sobre todo, cuando le hizo el amor en el coche la madrugada después de que fueron al cumpleaños de su amiga Federica y habían tomado una fila interminable de martinis. El estaba cariñoso, como ella siempre lo había imaginado, y le había confesado, entre besos sabor a Gin y Vermouth, que llevaba años esperando a que creciera para poderla tratar como mujer y vivir el resto de su vida con ella. "Por fin" se decía una y otra vez, "por fin me voy a casar con el hombre con quien he soñado toda la vida".
Camino hacia el olvido. Parte 4
Imagen:dw.world-de
Comentarios
Además es más simple que los textos anteriores, sin muchas vueltas, hasta cierto grado concreto, la afirmación constante del personaje femenino respecto a sus obsesiones, me parece un acierto.
No quiero ser muy quisquilloso, pero lo hago para dar una opinión más completa.
cuando dices "recordaba haber sentido envidia de la exesposa", estan dividiendo los tiempos. Para dar contundencia a un texto, una de las cosas básicas, es anclarlas en el tiempo, esto les da rapidez y fuerza. De otra manera, puede confundir, a menos que lo que quieras expresar sea divagación o distracción, o una continuidad de timpo verbal, en el caso del gerundio, pero en este caso, por ejemplo:
El presente es la exesposa y la envidia se sintió en pasado.
Algunos ejemplos de como podría quedar anclado en un solo tiempo verbal o en tiempos no tan alejados:
Revivía la envidia que sintió de la ahora exesposa.
Recordaba haber sentido envidia de la novia.
Recordaba la envidia que sintió hacia la recien casada.
Entiendo que el recuerdo es en presente, pero el sentimiento es en pasado, y con la exesposa regresas al presente. Brincar entre tiempos, (en este caso, puntualizo y repito) puede prestarse a confusión.
Te recomiendo que leas a Liliana Blum, una excelente narradora de tampico (en realidad creo que es del DF, pero tiene años viviendo en tampico), tiene varios libros publicados (de cuento principalmente). En sus narraciones trata temas que te pueden interesar y les da enfoques realistas, a veces trágicos, pero se acerca mucho a lo que puede ser.
Mil gracias, de verdad. No tienes idea de cómo me está comprometiendo que me leas y que comentes como lo haces.
Voy a buscar los textos de Liliana Blum que me comentas. Gracias por la sugerencia.
Ahora me he encontrado con un enorme desafío, mayor al que pensé inicialmente y con una multiplicidad de caminos que pueden tomar los personajes. Además, por si fuera poco, cada uno está perfilando su propia ruta.... En fin. Pensé que eran producto de mi imaginación y cada uno salió cono su propia circunstancia, hazme el favor!
Un abrazo y que tengas un lindo día,
C