Feliz Día de NO San Valentín
El 14 de febrero nunca me ha emocionado.
Siempre me ha parecido una fecha, una celebración y un día un poco cursi. Tanto corazón me abruma y me parece tan comercial que no le encuentro mucho sentido.
La invitación de Ana Paola Villegas y Lupita del Toro Bogdanski en el Grupo de Blogueras MX para escribir posts en nuestros blogs con motivo de la fecha me ha parecido una gran provocación y un buen punto de partida para darle una pensada al día y a su sentido desde otra óptica.
¿En qué momento una tradición pagana, adoptada por la Iglesia Católica Romana en la cual se adoptó a San Valentín como el patrón de los enamorados se, convirtió en un día en el que todo el mundo “regala” amor y los “te quieros” se escuchan por todas partes, aunque el día previo o el subsecuente los silencios, la indiferencia o el franco desamor estén presentes sin recato alguno?
Creo que aquí está la clave: en “hacer”, no en “regalar” ni “comprar”.
De repente las fechas, los hitos y las costumbres de siempre están adquiriendo un sentido distinto en mi vida. Me interesa más sumar experiencias y vivencias que cosas y estoy haciendo todo lo posible por deshacerme de todo aquello que me sobra: cosas, creencias, personas que ya no tienen cabida en mi presente.
No creo que el 14 de febrero sea particularmente especial ni que sea necesario un día al año, sólo uno, para decirle a las personas que quieres que las quieres. Tal vez su mayor sentido, o al menos así lo estoy encontrando, es recordar(me)(nos) que el amor no debe expresarse sólo un día cada 365. El amor es ese intangible que sentimos, vivimos, disfrutamos y hasta padecemos sin fecha ni horario, que nos mueve, incita o paraliza y por el cual somos capaces de llevar a cabo hazañas o actos simples, pero inconcebibles en nuestras vidas.
En este momento de mi vida pienso en esta expresión de amor no sólo como la expresión hacia el ser amado en el sentido romántico y pasional. Me parece que el amor es tan amplio que se vale celebrarlo y expresarlo hacia los seres que amamos. Si los seres. Tengo una familia no humana que es parte de mi vida y sin la cual no explico mi vida hoy: esa familia aúlla y maulla y me ha hecho hacer cosas extraordinarias en momentos en que no tenía fuerza ni para levantarme a mi misma. Me ha hecho sacar certeza de mi incertidumbre y respuestas a preguntas no formuladas. A esta familia se suma la humana, compuesta por esas mujeres y hombres que se suman a mi círculo de quereres. Con algunos comparto ADN y otros han llegado a mi existencia por razones y vías diversas y desde historias opuestas que se han cruzado con la mía en circunstancias no planeadas. Les amo a algunos sin mayor explicación (son esas personas respecto de las cuáles uno se pregunta ¿y por qué le quiero si X ó Z? pero no puedo dejarlas de querer) y a otros porque claramente tienen cosas que me fascinan, inquietan o con quienes comparto intereses, pasiones, circunstancias o situaciones vitales memorables.
¿Debo esperar al 14 de febrero para decirles lo que significan? Algunos me reclaman que nunca les dedico tiempo, y tal vez tienen razón, pues mis otras pasiones (proyectos y demás locuras) también consumen minutos de mis limitadas 24 horas, pero están en mi corazón y pensamiento. Me parecería lastimoso esperar ese día cada año para decirles lo que representan. Se los digo cada que puedo. Tal vez por eso los abrazos se me escapan cuando encuentro a alguien que quiero y soy besucona desde niña. No me puedo, y a estas alturas de mi vida, no me quiero contener. No se me antoja llevarme a la tumba un saco de “te quieros” y apapachos no dados.
Entonces, ¿qué puedo decir sobre este 14 de febrero? Creo que no mucho. Me sigue pareciendo cursi y por más que intento, tanto corazón me empalaga. Después de escribir lo que acabo de vaciar a toda velocidad en el teclado de la computadora y con la velocidad de mis dedos, llego a la conclusión de que es una fecha comercial que tiene una función valiosa: recordarnos que el amor existe y que debe conmemorarse, honrarse, expresarse y vivirse cada minuto de la vida y en tiempo presente. Mañana es tarde para expresarle a quien quieres hoy, que es importante en tu vida. No importa si lo dices con palabras, acciones, miradas o caricias. El asunto es no guardarlo y expresarlo.
Si no les regalo un corazón este 14 de febrero, no me lo tomen a mal. Les garantizo que los 364 días restantes encontraré la manera de hacerles saber que me importan.
Feliz Día de San Valentín y felices días de no San Valentín.
Humor negro: Datos negros sobre el día de San Valentín.
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Comentarios
Gracias por tu comentario y por compartir tu reflexión. Tienes razón, aunque los regalos no sean el centro del amor, pueden ser un símbolo y medio, y ello también es valioso. Es una manera de decir: te quiero y esto significa que te llevo, te quiero, te pienso. Importante no confundir medios con fines, pero el mensaje central es lo quehay que rescatar.
Un fuerte abrazo para ti y todos tus quereres.
Claudia