A un año de la partida del Cuervo López

En estas fechas, hace un año, murió un querido amigo bloguero, Gabriel, mejor conocido en la blogósfera como el Cuervo López. Su blog, además de haber sido reconocido como uno de los más notables por el Blogger, fue -y sigue siendo- uno de los más visitados (ya tiene más de dos millones de visitas), sigue dando a los amantes de la música y de la buena discusión un espacio de disfrute, diálogo inteligente y combate conversacional como pocos.

Querido Cuervo, nos haces falta. Justamente comentaba en días pasados con Marce (de Mujeres de 40 y más) -a quien conocí gracias a ti- que te extrañábamos. Así es, extraño -y mira que nunca pensé decirlo- que me molestaras con tus mujeres semidesnudas y voluminosas en los posts y que siempre acompañabas de frases que hacían rabiar a las mujeres (jajajaja, y ¡lo hacías con ese fin!) Hacen falta tus discusiones y tus arranques verbales con el alma que estuviera dispuesta a lidiar un combate de esgrima verbal contigo. Ni qué decir de la Mahlerteca, única y siempre bien surtida con tu tiempo, gusto y pasión.

Gracias a ti, que fuiste mi primer amigo bloguero y maestro en este espacio, descubrí los pasillos de la blogósfera, muchas de sus reglas no escritas y aprendí el arte de disfrutar esta actividad. Me hiciste observaciones, discutiste conmigo, cuestionaste mis decisiones, contenidos ("te estás metiendo demasiado en la política" me decías), nos reímos el uno del otro, nos molestamos mucho también (en México diríamos "nos fregamos"), pero sobre todo, me ensañaste que se puede ser amigo a la distancia y sin conocernos. Te diste cuenta, como muchas personas en el mundo "real" no lo pudieron ver, cuando entré en un bache en mi vida, que estaba pasando por él, y tuviste las palabras para estar presente a pesar de la distancia continental que había entre nosotros.

Tu ausencia la sentimos muchos Cuervo, querido Gabriel. A un año de tu muerte, sigues presente.

Un abrazo lleno de afecto y cariño en donde sea que estés.

Te dejo un regalo que seguro disfrutarás: Un fragmento de la Sinfonía No. 2 "Resurrección" de Mahler, dirigida por Dudamel.