¿Se puede hacer un cambio en el mundo leyendo las noticias?

Se acaba este lunes, primer día de la semana y me siento como si fuera viernes. No sé si lo que me acabó fue el cansancio físico o, definitivamente, el mental.

Es poco estimulante leer las noticias y encontrar que el mundo construido por y en los medios es uno en el que TODO está mal, y lo que suene relativamente bien, es sospechoso. Me fascinan la crítica, el análisis, la discusión, el debate, pero la posición de los comunicadores, opinólogos, "expertos"  y periodistas parte de un principio: sólo si critico y veo todo mal (y por supuesto, estoy en contra de todo), tengo legitimidad. Por supuesto no apoyo a los críticos orgánicos y mucho menos a los mercenarios del poder, pero caramba, el mundo es lo que vemos y si solamente se ve lo negro de la realidad, seguiremos poniendo el énfasis en la construcción de un mundo negro. 

Este rollo de los mexicanos de verse el ombligo, y nada más, es francamente, fastidioso. Carlos Ahumada escribe su libro y parece que no hay otro tema en la agenda del país. "Se confirmó el complot.  Todos los políticos son unos nefastos. Salinas, Fox, AMLO....". ¿Acaso no hay más de cien millones de mexicanos, realidades y hechos sobre los que escribir? ¿La realidad de un país se circunscribe exclusivamente a las ocho columnas de los periódicos "nacionales" (que por cierto, son los del Distrito Federal)? 

Esta es justamente una de las razones por las que encuentro en la blogósfera y en internet un mundo paralelo infinitamente más interesante. Hay voces más frescas, ángulos distintos, intereses diversos, ópticas alternativas, maneras creativas de presentar los hechos, diversidad de información. Como todo, pueden haber muchas cosas criticables, falta de profesionalismo, exceso de opiniones y datos duros en algunos casos, pero también personas absolutamente serias dispuestas a construir un diálogo bidireccional y no sólo a legitimarse en un interminable monólogo y a cobijar sus opiniones encubiertas de objetividad en el paraguas de un monopolio informativo. 

El recurso más valioso es el que hay que cuidar más: el tiempo. He decidido que mis horas y cada minuto que las compone, valen oro y no voy a desperdiciarlas dando cabida a las voces viejas que se niegan a abrir espacios a quienes tienen algo que decir desde ópticas distintas. Cada día me parece más seria e interesante la información que encuentro en el menú informativo de internet y que está libre de censura y del control editorial de una empresa. Para eso tengo juicio, opinión y libertad, para elegir lo que me place y convence  y formarme una opinión. 

Buenas noches. 

Imagen:fcm.unc.edu.ar