Sobre silencios, palabras y otros desconciertos existenciales

Poco reparamos en los silencios de la vida. El mundo en el que vivimos está tan lleno de sonidos, que rara vez percibimos aquéllos.

Existen, sin embargo, silencios de todos tipos, llenos de significados y algunos, inclusive, de vacío.

Por ejemplo, están los silencios entre las campanadas que indican que son las once de la noche. Resuenan en un reloj antiguo cuya existencia ha acompañado las historias, desencuentros y alegrías de la familia.

Los silencios también tienen color. ¿No lo habían notado? Confieso que acabo de descubrirlo. He quedado pasmada ante los tonos vibrantes de un silencio en el verano. De la misma forma, y ahora que lo recuerdo, han habido silencios de abril (T.S. Eliot una vez más) de lúgubre vestimenta y olor. Silencios que hacen languidecer al más plantado y que doblan la compostura del guapo más salamero.

Hay silencios que acompañan la zarzuela, pero también otros que dan sentido a la marcha fúnebre.

Hay silencios que bailan y se esconden entre las carcajadas de los niños y otros que se regodean entres un claxon y otro en un semáforo.

Están los silencios que invaden las miradas cuando un niño de cuatro años te pide limosna o los que surgen de manera imprevista cuando un anciano alza la mano pidiendo ayuda al final de su vida.

Están los silencios que acompañan al primer beso. Siempre hay un silencio escoltando ese primer encuentro y envolviendo la magia del momento.

Hay silencios cómplices, melancólicos, traviesos, irreverentes.

También los hay de barrio, de día y de noche.

Silencios que acompañan, silencios que alejan, silencios que encarnan la claudicación de un encuentro.

Silencios que te envuelven y te aman o silencios cuyo significado resulta ensordecedor. Silencios que aturden, en los que las palabras y emociones no dichas te atraviesan como puñal junto a un canal veneciano cuando está a punto de amanecer.

Silencios amorosos, cariñosos, solidarios, enamorados, cachondos.

Silencios que matan, que duelen, que atropellan, que te perforan el alma, inexplicables.

La vida, el día, la noche, la muerte...están alojadas en el silencio de la existencia. El silencio también nos habita y marca los tiempos de nuestro desconcierto cotidiano.



Comentarios

AMOROSAMENTETUYO ha dicho que…
Clau:

Sin menospreciar todos los silencios perfectamente descritos, yo me quedo con los silencios, amorosos, cariñosos, enamorados y muy cachondos, que le hacemos, así soy yo!

En el seudónimo llevo la fama! jajaja

Besos silencios!
Amorosamentetuyo.
LaClau ha dicho que…
Jajajajajaja, no hay duda, los seudónimos siempre tienen una razón oculta (y conocida para algunos cuantos).
AMOROSAMENTETUYO ha dicho que…
Clau:
Seguro que si, pero no se lo digas a nadie! (no me gusta la fama, ni ser presuntuoso) jajaja!

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