De regreso a la realidad

¡Hola, hola! Ya regresé con nuevos bríos y cosas que comentar.  Me encuentro con muchas sorpresas en esta última semana y media de ausencia. Es sorprendente ver que hay cosas que cambian y que en el fondo, muchas otras siguen igual (a pesar de lo que sucede). 

Durante mi estancia fuera de México sucedieron hechos en mi país y en el mundo (¿acaso esperaba que el tiempo se detuvieran con mi ausencia?) que no necesariamente me invitan a pensar en cosas positivas. El mundo se sacudió con la quiebra de Leheman Brothers (por una deuda de 613 mil millones de dólares) y muchas personas se preguntaron por qué no acudió el gobierno de Estados Unidos a su rescate como lo hizo en otros casos. En el país vecino la presencia de Sarah Palin en el "ticket" electoral del Partido Republicano con John McCaine se ha convertido en EL tema de campaña y ocupa las ocho columnas tradicionales (para quienes aún gozamos el viejo arte de leer el periódico y ensuciarnos las manos de tinta con él)y también los principales encabezados de las páginas web de la prensa. Evo Morales declaró persona non grata al Embajador de Estados Unidos en Bolivia Philip Goldberg y en reciprocidad el Embajador boliviano en Washington, Gustavo Guzmán, fue invitado a salir del país. Hugo Chávez hizo lo propio en su país en un acto de solidaridad, sumado al hecho de que también corrió a Human Rights Watch. Ironía de la vida pues esta ong se encuentra entre las más pro izquierda en el mundo. En mi país, y perdón por hablar tanto de él y hacer tanto énfasis en el posesivo "mi", se festejó la fiesta de Independencia el día quince con un atentado terrorista en Morelia, Michoacán en el que perdieron la vida -de acuerdo a las cifras oficiales- 10 personas y más de 100 (en su mayoría niños) fueron heridos gravemente. Festejamos la Independencia con una nueva dependencia: a las armas y las fuerzas armadas para mantener la paz en un país en el que han muerto más personas por el narcotráfico en lo que va del año que combatientes en Iraq. Ahora nos inauguramos con el tema del terrorismo. 

Después de ver este panorama me parece irresponsable contarles que estoy regresando de un viaje en el que recorrí la carretera No. 1 (Pacific Coast Highway) por el Estado de California en Estados Unidos, visité viejos lugares y encontré recuerdos añejos (viví en Los Angeles hace años, tantos que mejor no cuento), respiré el aire cálido del sur del estado y el frío del norte boscoso, lleno de arrecifes, focas y "sea otters". Disfruté el mar, muchos atardeceres (amaneceres no, confieso que estaba dormida) y paisajes diversos. No me perdí San Diego, Carmel, ni Point Lobos, ni Big Sur, ni San Francisco, ni Napa Valley,  ni Calistoga. Comí delicioso y bebí vinos de Domaine Carneros y Robert Mondavi. 

Quisiera compartir con ustedes fotos de sitios entrañables y reflexiones sobre exposiciones y cosas que ví, viví y leí. ¿Me lo permiten? ¿Mucho hedonismo, superficialidad e irresponsabilidad en tiempos de crisis? ¿Me perdonan? ¿Es un pecado tratar de sonreír en medio de la tormenta? 

Imágenes: Antonios.net, Gobierno Alaska,All posters.com, California-travels.com