Sobre el puente con Simon & Garfunkel

En estos días de tribulaciones y pensamientos rodeados de calor, por alguna razón que no acabo de comprender, pensaba en Simon & Garfunkel. Crecí con su música y esto fue gracias a mis hermanas mayores que los escuchaban. De adolescente, cuando serlo implicaba estar en contra -en parte- de la música ochentera que ahora me gusta tanto y definirse por no aceptar nada, vivía con nostalgia por los tiempos que no viví antes. En esas épocas me gustaban los Sonidos del Silencios (The Sounds of Silence) y el Puente sobre las Aguas Turbulentas (Bridge over troubled waters) de estos artistas.

Mientras los pensamientos recordaban la música, los acordes y las voces me preguntaba porque no existe en la actualidad una voz, un grupo, un artista que represente el espíritu de este tiempo y que nos lleve a soñar con la esperanza y las ideas como artistas al estilo de los que menciono lo lograron. Tal vez ya dí el viejazo, pues confieso que RBD no me dice nada y las voces y sonidos de Simon & Garfunkel me transmiten emoción. Me recuerdan momentos de sorpresa y descubrimiento y me llevan al interior de mi misma. Las voces y artistas de hoy no me generan este tipo de emociones y cuando mucho me hacen pensar que ojalá que aparezca otra voz pronto, en el mundo de la diversión momentánea y fugaz, que pueda suplir esas vocecitas que son reemplazables un día sí y al siguiente también.

En fin. Que estos dos artistas desde finales de los 50 y hasta inicios de los 70 movían gente. Imagino sus vidas y sus canciones transitando por el mundo de la posguerra, pidiendo paz en medio del código nuclear de la destrucción mutua asegurada entre las potencias e ingenuamente le cantaban a la Sra. Robinson cuando la sociedad se escandalizaba con hechos que hoy nos arrancan una sonrisa. Demy Moore hoy simplemente les aplaudiría mientras besa a su joven esposo Ashton Kutchner.

La historia de este dúo fue tan turbulenta como las aguas de las que cantaban. Se separaron muchas veces e intentaron el camino de solistas otras tantas. Muchas otras regresaron a compartir foros y a ganar premios en conjunto. A partir de 1970 se separaron definitivamente y tomaron caminos individuales. Recuerdo la emoción que sentí en el 2002 cuando apareció la grabación inédita del Concierto del 67 que dieron en Nueva York y también la sorpresa que siempre nos da el tiempo, cuando con motivo del huracán Katrina y la devastación que ocasionó en Nueva Orleans, se reunieron ambos con otros artistas para recaudar fondos. El tiempo pasó y dejó sus huellas en sus rostros.

En fin. El caso es que hoy los recuerdo y sigo disfrutando sus canciones. ¿A ustedes les gustan?