Para sonreír en domingo
Comparto con ustedes un instante juguetón de mis panteras cuando eran pequeñas. Espero robarles una sonrisa. Saludos.
Los gatos tienen una extraña habilidad para convertir a los demás seres en objeto de su diversión. He asumido esta realidad y reconozco, sin pena alguna, que soy el juguete principal de estos dos personajes. "La verdad nunca es triste, lo que no tiene es remedio."
Comentarios
Jo, qué valor. Bueno pues de cualquier forma tu relato me ha parecido enternecedor.
Saludos flamencos desde Cáceres.
Gracias por incluirme en tu lista de amigos blogueros. Sigo mucho tu blog, me parece que tienes sensibilidad, inteligencia e imaginación de sobra.
Yo con los gatos sufro un dilema: me gustan mucho, pero soy alérgico. Qué le vamos a hacer.
Gracias por el comentario!!! (¿Te gustan las panteras o los gatos?)
Saludos defeños,
Qué gusto leerte por acá. Gracias por lo que dices, al igual que tu en aguirrelairadedios, disfruto las posibilidades del mundo blogger. Creo que somos pocos los personajes en nuestra generación quienes le hemos entrado al tema. Hay que disfrutarlo, digo yo.
Que pena que seas alérgico a los gatos caray. Son unos seres fantásticos, incomprendidos en la historia y poco valorados por los humanos en general. En fin.
Saludos y gracias por la visita.
No sé si me gustan los gatos. Nunca he tenido uno. El de mi vecino pasa más tiempo en mi terraza que en la suya y la verdad no me molesta. Empezamos a llevarnos bien, lo cual no es mala señal.
Saludos flamencos desde Cáceres.
Pues yo debo confesar que a mi los gatos no me encantaban hasta que llegaron estos dos morenazos a mi vida. Un día alguien los tiró, literalmente, en la puerta de mi casa: eran unos bebés de semanas y estaban desnutridos, llenos de pulgas y con una infección en los ojos tan terrible que pensé que de hecho no tenían un ojo. El veterinario me dijo que existían muy pocas posibilidades de que sobrevivieran por el estado en el que se encontraban. Decidí cuidarlos hasta que estuvieran sanos y buscarles casa. Al cabo de un par meses estaban felices, recuperados, juguetones y con casa: la mía!!
Me han cambiado la vida y he descubierto en ellos a dos pequeños embajadores de la vida.
Si te llevas bien con el gatito del vecino, disfrútalo, verás que esconden secretos mágicos que descubren poco a poco.
Un abrazo y gracias por la visita.