Amor de panteón
"¡No puede ser!" le respondió mientras la observaba con sorpresa y fastidio. "¿Por qué haces eso?"
Ella le había contado, con pena, sorpresa y un poco de vergüenza, que lo había vuelto a buscar, así sin más. "Me dieron celos de imaginarlo con alguien más, de saber que posiblemente existe otra mujer en su vida." Hacía tiempo que el silencio, la lejanía, el olor a muerte que aparecía cada vez que pensaba en su "relación" le aseguraban que su amor ya no era de esta vida. Estaba muerto. La relación ya estaba enterrada, el problema era que ella no aceptaba la despedida y un hecho innegable: ya no respiraba. Quería revivir a un difunto, no lo había enterrado con la esperanza de que todo fuese un sueño y en cualquier momento pudiera despertar con el alivio de saber que todo había sido una pesadilla y que seguían unidos, juntos sin la firma de ese nefasto papel ante la juez.
"El no te quiere, si te quisiera estaría aquí, contigo. ¿Qué parte del "No te quiere" no comprendes?"
Pues si. Ella lo sabía; prefería el autoengaño a la realidad. Le había pedido que si realmente la amaba que ya no la buscara... y como ya no la buscaba estaba convencida de que lo hacía por amor. La realidad era que no le llamaba porque no quería saber nada de ella; hacía años que no quería estar a su lado y ella simplemente no lo asumía. Prefería creer en sus fantasías que en la realidad.
De repente, sin embargó, un pensamiento pasó por su cabeza. "Si el está muerto en mi vida y lo sigo buscando, estoy enamorada de un muerto. Le tengo celos a un muerto, he detenido mi vida por un pestilente cadáver. Esto es necrofilia pura. Insisto en relacionarme con un ser que está habitado por gusanos y cuyo corazón ya no late."
No pudo dormir. Le daban miedo los panteones.
Imagen: Linkmesh.com
Comentarios
lo curioso es que no vale el razonamiento, ni la lógica, sin más nos trasladamos a ese mundo de los fantasmas, impelidos por la agonía de una resurrección imposible
un beso
El panteón de los recuerdos está rodeados de ríos, lágrimas de los visitantes.
Un beso y que gusto reencontrarte por aquí.
Así es, a los muertos hay que dejarlos en donde corresponde, en el panteón.
Un beso,