Día de Internet
Hoy se celebra, por tercer año consecutivo, el Día de Internet. Me parece digno de mencionar por varias razones.
Hace tan sólo algunos años el uso de la computadora era algo que se veía principalmente en las series de ciencia ficción. Paulatinamente, el uso de la computadora se fue extendiendo (pensar que acabé mi carrera con la famosa Olivetti portátil) y abriendo el camino a nuevas vías de comunicación. Los usos de la tecnología de guerra y la masificación de las nuevas herramientas dieron lugar al uso ilimitado del Internet, ese espacio virtual, intangible, pero real, en el que se realizan millones de transacciones de todo tipo diariamente y que posibilita la creación de nuevas comunidades.
Las nuevas generaciones, por lo menos las que nacieron a mediados de los ochenta para acá, han hecho del uso del Internet una de sus actividades cotidianas a tal punto que gran parte de sus relaciones personales transitan por este espacio (claro, con las especificaciones del caso: zonas urbanas principalmente y no por igual en todos los países). El hecho es que el Internet llegó para quedarse y está modificando paulatinamente la interacción social. Hoy por hoy no basta con tener un teléfono para ser contactado, hace falta tener una cuenta de correo electrónica (o varias según el caso y los usos), estar presente en Facebook o Hi5 y saber "googlear" para conectarse con otras personas. De la misma forma, la posibilidad de hacer transacciones por esta vía ha ido en aumento, y las personas pueden ir al banco sin salir de su casa, de compras (de lo que sea) y conseguir información sobre prácticamente cualquier tema sin moverse de su silla y con tan sólo desplazar los dedos sobre el teclado.
Las implicaciones en la estructura comunicacional del mundo son inconmensurables. Las personas pueden saber leer y escribir pero formar parte de un nuevo grupo de analfabetas, los cibernéticos. Esta nueva herramienta ha creado también un nuevo tipo de marginación, de aquellos que se encuentran fuera de este circuito y que conviven en el mundo tangible, no el virtual. El aislamiento se torna en algo relativo, pues se puede estar físicamente solo frente a una computadora, pero conectado con cientos de personas en otros computadores y "conversar" con ellos.
¿Se estarán haciendo más frías las relaciones humanas por este contacto permanente pero no cercano? No lo sé. Jóvenes con los que he conversado argumentan que no, que el internet les permite enterarse mejor de lo que hacen sus amigos y estar al tanto de sus vidas mejor que por otras vías. A mi no deja de maravillarme esta mundo de infinitas posibilidades de interacción, pero siento un nudo en el estómago cuando pienso que mi vida se podría limitar en algún momento a conocer solamente los avatares de las personas y jamás mirar sus ojos o escuchar su verdadero timbre de voz. Me parece una nueva y sorprendente opción, pero no quisiera ver mi mundo, ni el de las futuras generaciones, desarrollándose exclusivamente en el terreno de lo virtual.
Comentarios
Vaya que revoluciono todo y bueno, es algo que ahora es indispensable para todos.
Por ejemplo; nosotros …
Tenemos “columnas” o blogs en el espacio cibernético, donde nos expresamos sin miedo alguno.
Por cierto, tu blog me ha encantado, me gustaría crearte un link desde mi blog.
http://lmdn.blogdrive.com
Esperando a leer más de este Blog.
Hasta Pronto.
¿Qué café quieres tomar?
Tienes razón, si no fuera por esto, no estaríamos en este lugar.
Gracias por tus comentarios, pasaré a visitar tu rincón.
Saludos,
un beso
Confieso que ha sido en los últimos tiempos cuando he empezado a disfrutar Internet. Fue durante mucho tiempo simplemente una herramienta de trabajo. Ahora he descubierto también un mundo increíble de creatividad y talento y eso me encanta. Ofrece mil posibilidades.
Por lo pronto, gracias a él te he conocido y disfruto tus "esmusseikas" palabras.
Un beso.