La primera semana de Diciembre

Lo que voy a decir es una obviedad: ¡Cómo pasa el tiempo! Recuerdo estar escribiendo en Conversaciones de Café hace un año con cierta desconfianza pues este espacio y todos sus artilugios me causaban cierto temor. Aprendí a escribir en la máquina de escribir manual y el mundo de las computadoras y el internet los viví "ya entrada en años".  Han significado todo un descubrimiento y sobre todo, un reto. 

Si pienso todo lo que ha sucedido este año me sorprendo: lo reciente es que Barack Obama ha ganado como presidente en Estados Unidos; confieso que mi apuesta era Hillary, pero me maravilla la capacidad de renovación y cambio en ese país. En México el número de muertos a causa del narcotráfico y el crimen organizado ha superado al número de muertos en Iraq. La violencia contra los animales no ha disminuido aunque felizmente han habido acuerdos internacionales que están limitando el tráfico de pieles y me queda el consuelo de saber que los medios de comunicación, al menos los alternativos, toman conciencia del hecho y hablan cada vez más por quienes no tienen voz. El número de bloggers, y mujeres bloggeras mayores de 35 años ha incrementado de manera notable en los últimos meses. El internet se ha convertido, como lo presagiaron los estudiosos de la comunicación hace años, en un espacio de la política y del quehacer público. El uso de teléfonos celulares ha incrementado en el mundo de tal forma que ahora hasta los pequeños van a la escuelita con su "móvil" en la mano. Vivimos una de la crisis financieras más profundas de los últimos 100 años y nos encontramos a la mitad de la misma. El calentamiento global no ha sido resuelto. La bioética se ha convertido en la nueva rama de la filosofía y se ha convertido en la disciplina para repensar el desarrollo científico y su relación con el ser humano. 

Estos son los temas que salieron rápidamente del teclado de mi Mac y seguramente ustedes pensarán en más. Lo que es un hecho es que en este último año han sucedido hechos y procesos que siguen redefiniendo el rumbo de la humanidad y el tejido social tal y como lo conocemos. No quiero sonar nostálgica del pasado (finalmente el pasado es algo conocido y ya no es necesario redescubrirlo ni redefinirnos en él); ahora corresponde redefinir el mundo hacia delante y repensar nuestro papel como individuos y como sociedad en él. 

En fin... supongo que el frío decembrino y el cierre del año invitan a reflexionar sobre los finales y los nuevos comienzos. 

Les envío un abrazo acompañado de un rico y caliente ponche. 

Comentarios

Juan Duque Oliva ha dicho que…
El tiempo no se detiene nunca, es implacable e inagotable, no hay quien pueda con él todavía: afortunadamente.
LaClau ha dicho que…
El tiempo, el implacable, el que llegó.....
Un abrazo Luz de Gas.

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