El Social Media Club tiene la culpa

Abrir los ojos a las 6 de la mañana sin el despertador...mmmmm, no es lo mío, y hoy me pasó. Si mis amigos del Social Media Club (#SMCMX) supieran que me desperté pensando en ellos, ¡no sé qué dirían!

Ayer el SMCMX organizó una reunión extraordinaria cuyo tema fue de mi mayor interés y del de mucha otra gente: El estado de la blogósfera mexicana. Algunos de los datos que dieron sobre la blogósfera y los blogueros fueron reveladores:

• México ocupa el tercer lugar en la blogósfera hispana, precedido por España en 1er lugar y Argentina
• 78% de los blogueros son hombres versus un 21.84% de mujeres
• El bloguero promedio tiene entre 25 y 30 años
• Escribe en más de una bitácora
• Los temas que mayor interés generan son: actualidad, internet, curiosidades y música

No deja de resultar novedoso, por otro lado, que una reunión de esta naturaleza tenga lugar en México 10 años después de que la revolución bloguera diera inicio. Parece que en México nos estamos empeñando en llegar tarde a los avances históricos. El hecho, sin embargo, no es para desanimarse del todo. Con la inminente llegada de la web 3.0, la web semántica, existe una ventana de oportunidad que a todas luces, privilegiará los contenidos. Esto es para entusiasmar a cualquiera e implicará un resurgimiento de los blogs y una competencia por contenidos de calidad.

Los datos duros, que no resultan nada halagadores para las mujeres, plantean un desafío y los retos me entusiasman. Hace un par de meses impartí un taller en Monterrey: Digamos NO al Techo de Cristal Digital y veo hoy, con enorme gusto, que estoy trabajando en el sentido correcto. Hay que promover y reforzar la incorporación de la voz femenina a este diálogo lleno de posibilidades y fomentar que nuestras necesidades, intereses y propuestas sean incorporadas a la blogósfera. Es igual de importante promover el uso de las nuevas tecnologías por parte de las mujeres.

Aplaudo la convocatoria del Social Media Club México y su capacidad para generar un diálogo constructivo. La sesión de ayer me dejó un increíble sabor de boca y muchas ideas dando vueltas en la cabeza. Lo que no aplaudo ni agradezco es que por esa vorágine mental que me generó tantas ideas, mis ojos dejaran entrar la luz tan temprano y obligaran al resto de mi cuerpo a desprenderse de las sábanas. ¡Acuso!