Para los amantes de Gaudí

Si, lo confieso, soy amante de Antoni Gaudí i Cornet: me fascina, me deja absorta y sueño con él. Es una pena no haberlo conocido y haber nacido en otros tiempos, pero lo admiro y la belleza de su obra me seduce permanentemente.  Habiendo confesado públicamente uno de mis amores, les comparto algo que me ha hecho muy feliz: el Palau Güell ha sido abierto nuevamente al público. 

Desde el 2004 estuvo cerrado por remodelación y ahora puede ser visitado nuevamente, en Barcelona, claro está. Hay quienes dicen que la  obra cumbre de Gaudí (a pesar de ser aún una obra en proceso) es la Sagrada Familia, pero el Palau no tiene nada que pedir.  

El Palacio Güell fue un encargo que Gaudí recibió de su mecenas, Eusebi Güell, en 1885, y ocupa el solar de los números 3 y 5 de la calle Nou de la Rambla, en Barcelona. Al momento de su construcción la zona era una de las de peor fama en la ciudad, el prostíbulo más famoso se encontraba al inicio de la calle. El Conde Güell quería cambiar la reputación de la zona y por ello no reparó en gastos, materiales  ni presupuesto para el encargo de su arquitecto. 

La construcción lleva el sello de Gaudí en todos sus rincones: sótanos, rampas, tubos de ventilación, chimeneas y respiraderos cónicos, arcos parabólicos, serpientes,  y el famoso sello de Cataluña en hierro forjado  y visto desde la particular óptica del arquitecto. 

El Palau fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984.

Nota final: La fotografía de la derecha es el Palau en miniatura, quería que se dieran una idea de la vista general. Las arcadas de la izquierda se pueden apreciar así "al natural".