Filosofando en el café
Hace tiempo me regalaron un libro “bonito” y muy de nuestra cultura del consumo y la accesibilidad. Empezaré por decir que está hecho de un papel suave, satinado, agradable al tacto, amigable, con textos y muchas ilustraciones. Sin leer el título podría pensarse que esa una Guía Michelin para viajar a Europa o a Nueva York. Imágenes vivas, atractivas, coloridas lo envuelven y le dan contenido. Forma…. y fondo. Predominan sobre el texto, en realidad, parece que el texto tiene como única función adornar las fotos.
Los capítulos están claramente diferenciados por colores para que el lector no se pierda (tomar un libro puede hacerle perder la brújula a cualquiera). El libro se llama Philosophy y el autor es Stephen Law. Forma parte de la colección de Eyewitness Companions. La portada dice más que todo el contenido. El engranaje de un reloj es la fotografía central, en la parte inferior, sin llegar a la base del mismo, hay 4 imágenes entremezcladas: un “rubicube” del cual pueden verse los lados amarillo, rojo y azul. A su lado derecho están un acercamiento de las manos de la Creación de David, junto a éste se encuentra la escultura de Sócrates y a la extrema derecha una parte del cuadro de un pintor que desconozco, con un marcado espíritu “naïve” y en el cual pueden observarse un cielo lleno de estrellas, con un resplandeciente sol al fondo y en el primer plano, un hombre besando el suelo vestido con una larga túnica roja.
En la parte inferior vienen cuatro atrayentes ideas que sintetizan el espíritu del libro y que hablan de su contenido sin mayores explicaciones: “History. Ideas. Theories. Who´s who. How to think”. Increíble, después de leerlo el lector conocerá la historia de la filosofía, las grandes ideas, las teorías que le conciernen, sabrá quién es quién en el mundo de la filosofía y lo más importante, ¡aprenderá a pensar! Creo que en esto radica el verdadero y único valor del libro, su poseedor aprenderá a pensar, después de ser guiado paso a paso, con colores que le indiquen por donde caminar sin correr el riesgo de perderse, con fotografías de grandes obras de arte, de esculturas, de descubrimientos científicos, de filósofos de nuestro tiempo (y en donde sólo se mencionan dos de habla hispana: “George”Santayana y Miguel de Unamuno) y se le dará una guía sobre cómo pensar. Punto.
No es necesario nada más. ¿Para qué hablar de Platón y mucho menos leerlo directamente? ¿Hesiodo? Qué confusión. ¿Esquilo? No es necesario. ¿Las Odas a Quinto Delio? ¿Para qué? ¿Eduardo Nicol? Nació hablando catalán, no tiene sentido. Si hubiera sido alemán la historia sería otra.
Mi única duda en esto momento es ¿dónde voy a poner el libro? ¿ En la sección de Filosofía o en la de viajes?
Comentarios
Como no puedo tomar una decisión al respecto tendré que comprar el libro, leerlo y ver si al terminar puedo pensar.
Ya te avisaré si me sirvió o quede peor.
PD. Mira tu que me asuste ayer cuando no pude dejar mi comentario de la forma usual ¡por dios que pensé que me habia vuelto tonta de capirote, no entendía nada! y con eso de que me pedían mi identidad URL, llegue a dudar de quien soy, ¡despues de tantos años que me ha tomado medio saberlo! Ya me veia haciendo cola con miles de papeles para obtenerla, en fin que alivio que picandole aquí y allá, lo logré, asi que te informo que seguiras escuchandome por aquí mientras nos tomamos un latte.
Gracias por tu visita. La verdad, un poco de las dos: el libro en sí es muy bonito, aunque me parece que de cierta manera es antifilosófico. Claro, a quienes nos gusta filosofar lo hacemos de diversas maneras y esa no me parece que aporte al espíritu del amor al conocimiento de manera ortodoxa. No me gusta que deje fuera a los filósofos de habla hispana, que por cierto, son muchos. En todo caso, tal vez sea un problema de quienes hablamos en el idioma de Cervantes y no de quienes heredaron la lengua de Shakespeare.
Más gusto me da saber que recuperaste tu, no perdida, identidad. Es complicado andar así por la vida.
Voy por mi Chai Latte. Un abrazo en este inicio de semana.