Expresiones de la vida...
Sé que el post de anteayer sobre los elefantes del norte de Tailandia nos conmovió a muchas personas de distinta manera. A mi me resulta no sólo fascinante sino mágico pensar que estos fantásticos paquidermos, explotados a lo largo de la historia de la humanidad, considerados alguna vez sagrados, puedan expresarse en un lenguaje y con códigos que los humanos podemos comprender: la pintura. Tienen sensibilidad, han podido darse a entender en nuestro mundo, nosotros no hemos encontrado la manera de descifrar su lenguaje ni expresarnos en el suyo.
He compartido con ustedes también la desesperanza y tristeza que me ocasiona la violencia contra los animales -cualquiera que sea su manifestación- y el compromiso que asumí para prestarles mi voz y palabras. El reconocer la conciencia que los elefantes pueden tener de si mismos (¿Qué significa que un elefante pinte a un elefante?) ha confirmado mi idea de que algo hemos hecho mal los seres humanos con nuestra "racionalidad" para poderles lastimar, destruir, cazar como si fuesen objetos para nuestra diversión y entretenimiento. Sigo pensando, como lo señalé hace algunas semanas cuando hablaba de Hans Küng, que debemos asumir una ética global en la que la comprensión y el respeto hacia la diferencia con otros seres vivos sea la constante y no la excepción.
Les presento otra ventana hacia la esperanza, la manifestación de otras formas de vida y el respeto hacia otros seres con los que vivimos aunque no los reconozcamos.
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