Los países de Dios
En su Proyecto de una Etica Mundial, Hans Küng destaca que las religiones tienen una particular responsabilidad en la actualidad ante la paz mundial. "La credibilidad de las religiones va a depender, en un futuro próximo, de que acentúen cada vez más lo que las une, y no lo que las separa.... la humanidad ya no puede permitirse el lujo de que las religiones sigan atizando guerras en el mundo, en lugar de fomentar la paz; que sigan practicando el fanatismo, en vez de buscar la reconciliación; que compitan por la propia superioridad en vez de promover el diálogo."
Frente a esta propuesta nos encontramos con aquellos países en los que las religiones han construido un campo de batalla y un terreno fértil para la confrontación y la violencia. Un claro ejemplo es Nigeria, en donde el mundo cristiano y el musulmán se han dividido el territorio y las almas de sus habitantes. Para quienes no lo saben, cuando aparecieron caricaturas del Profeta Mahoma en la prensa danesa en 2006, murieron más "infieles" en manos de los musulmanes en ese territorio de Africa que en otras partes del mundo.
A esta realidad hay que añadir otra serie de factores: históricos, demográficos, económicos, territoriales (en Nigeria, por ejemplo, el norte ha sido el bastión musulmán desde que los ingleses conquistaron el país y el sur cristiano), educativos, etcétera.
No deja de sorprenderme que en un mundo cada vez más globalizado y unido simbólicamente por las redes de comunicación, la fragmentación religiosa se agudice y divida a las personas. ¿Qué posibilidades tiene la consolidación democrática en países en los que la intolerancia tiene carta blanca? ¿Tiene sentido hablar hoy de una sociedad mundial que pueda convivir en paz? Es más, ¿puede hablarse de una paz que no pase necesariamente por el consenso democrático y que se fundamente en la incomprensión?
Tengo más preguntas que respuestas para esta realidad, pero lo único que sé es que la propuesta de Küng tiene más sentido ahora que nunca antes y que son necesarios el diálogo y la voluntad de comprensión por encima de todo. No habrá consolidación democrática ni paz en el mundo mientras los hombres y mujeres sigamos construyendo "países de Dios" a sus espaldas y cimentados en la irracionalidad humana.
Comentarios
Me gustaría creer que algún día se darán cuenta que controlar no significa fuerza, sino solo poder.
Me gustaría creer...