Ven a mi...
En esta madrugada estoy pensando a don Andrés Henestrosa. Sigo lamentando su muerte y reconociendo su intensidad de vida a pesar de la despedida. No existirán suficientes homenajes en lo que nos queda de historia para recordarlo, revivirlo, no despedirlo y seguirlo queriendo.
Hasta siempre querido Andrés.
Ven a mí...
Andrés Henestrosa
Ven a mí, acércate,
acércate más, más cerca.
Dame tu mano
y por el camino de mi mano
pásate y éntrate en mi corazón.
Escucha lentamente para que
puedas entender estas palabras
que en mis labios tiemblan.
Verás mis palabras caer en el aire,
como si fueran pequeñas balsas
próximas a naufragar su contenido.
Acógelas.
Sé tú como una blanda orilla de mar
a donde mis palabras recalaran.
Acércate más, más cerca.
Dame tu mano.
En mis historias encontrarás
lo que es limpio, lo que es bello,
lo que transparente brota de mí
como una flor.
Acógelas, sé tú como una blanda orilla,
donde mis palabras recalaran.
Acércate más, más cerca.
Pero ¡ay de mí!, si estando tú
en mi corazón, yo abro los ojos
y te busco en el viento y en la nube,
y otra vez me encuentro solo,
completamente solo bajo el viento.
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