¿La verdad puede traernos paz interior?

Las preguntas más extrañas pueden aparecer en momentos inesperados o ante situaciones irrelevantes. Al final de un capítulo del programa CSI (Crime Scene Investigation)  el detective en jefe, Gil Grissom (interpretado por William Louise Petersen)concluía el mismo diciendo "la verdad trae paz mental" y Catherine Willows, su mano derecha del equipo de investigación (interpretado por Marg Helgenberg) le respondía "no siempre". Fin del programa. 

La pregunta me quedó dando vueltas en la cabeza y me la repetí varias veces. Realmente ¿la verdad trae paz mental? Creo que no existe una respuesta única a esta, aparentemente, sencilla pregunta y que en realidad plantea un dilema de fondo y varias interrogantes a la vez. 

Los seres humanos somos complejos y a cada uno de nosotros nos habita un mundo repleto de creencias, miedos, presuposicones, (pre)juicios e historias.  ¿A cuántos de nosotros nos gusta más estar en contacto con nuestras fantasías e ilusiones que con la realidad o con la verdad? Es mucho más  fácil vivir en un mundo que responde a nuestras fantasías y creencias que uno en el que éstas se ven cuestionadas o amenazadas puesto que ello presupone tener que reconsiderar nuestra posición en el mundo y nuestra visión de las cosas.  

¿Realmente quiero saber la verdad de todo? ¿Para qué? ¿Estoy dispuest@ a pagar el costo personal de saber la verdad y asumir el precio por ello?  Pienso en casos específicos, y muy posiblemente ustedes como lectores podrán dar vuelo a su imaginación haciendo lo mismo, y me imagino lo que podría sentir, y no sólo pensar alguien que se plantease las siguientes dudas:

"¿Podría aceptar que él (o ella)  ya no me ama?" Es más fácil construir una historia de traiciones y desencuentros que asumir esa simple y dolorosa verdad. 
"Es un hecho, ya no quiere estar conmigo." Caramba, prefiero pensar que está pasando por un mal momento para no reconocer que tengo que moverme de la situación de espera en la que me he instalado. 

Como estas existen multiplicidad de situaciones que la vida nos presenta diariamente y a ante las cuales a veces resulta menos doloroso reconstruir un argumento que reconocer como realidad. 

Por cierto, en el programa la aseveración de Gil surgía ante la negativa de unos padres por aceptar que la muerte de su hija había sido producto de un accidente y no un asesinato perpetrado por alguien. A ellos, en esas circunstancias, les resultaría menos doloroso poder acusar a alguien de la desaparición de un ser querido que dejar la respuesta al indescifrable destino. 

¿Tú que prefieres, la verdad o lo que te haga sentir mejor? 

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