No puedo dormir

No sé por qué me ha impactado y dolido tanto la masacre de las focas. ¿Será porque conforme pasan los años tomo conciencia del valor de la vida y todo lo que hay en ella y me duele que los seres "racionales" seamos capaces de cometer atrocidades inconmensurables? ¿Será porque veo paulatinamente como el ser humano pierde su humanidad a nombre de la razón? 

Mientras escribo esto, los botes de cazadores de focas (¿no deberían llamarse exterminadores?) están llegando a la Costa de Cabo Bretón y seguramente cuando alguno de ustedes lea esto en ese rincón de este planeta se habrá concentrado un dolor y un sufrimiento tan grande que será mejor no pensarlo porque los gemidos de la focas y el olor de la sangre nos podrían ahogar. 

Alguien me decía que debo entender que hay seres humanos que viven de la economía derivada de esa "industria"  y que debería pensar que si esta actividad se acabara de un momento para otro seguramente familias enteras morirían de hambre.  También me decía que por qué no me preocupaba por el hambre que aqueja a los niños en Africa, o sin ir más lejos, a los niños de la calle que viven bajo los puentes vehiculares de esta ciudad.  Es cierto, cada uno de nosotros podría  dedicar su vida entera a cada una de las injusticias que se respiran  minuto a minuto en el planeta y en cada esquina de cada país. Cierto, pero hay causas que tienen defensores y parece que los males que los seres humanos producen en otros seres humanos mueve en algún rincón los corazones de otras personas (aunque sea momentáneamente, aunque sea para tener actos de caridad y expiar sus culpas).  

Los animales no tiene voz, no tienen representantes que los defiendan en el mundo de sus agresores. El silencio que rodea sus vidas, el silencio que envuelve las atrocidades que el ser humano comete en su contra es su principal enemigo. Mientras no veamos, o no queramos enterarnos de lo que hacemos, seguiremos contribuyendo por omisión, a la construcción de un planeta violento, cargado de rabia y de dolor. 

Alguien también me decía, y este argumento me gustó, que a ella también le pesaba el sufrimiento que los hombres y mujeres  causaban a los animales, pero que ella está convencida de que con quien hay  que trabajar sigue siendo con los humanos,  con aquellos que agreden... creando conciencia, cambiando creencias, ofreciendo opciones.... Ella piensa que proteger al débil sin modificar al agresor lo hace más débil aún. Creo que tiene razón,  y por ello hay que crear conciencia de este hecho, pues al masacrar a seres de esta manera el ser humano está masacrando, exterminando, liquidando su propia humanidad y corroborando que su potencial destructivo es mayor que su creatividad. 

Estas son imágenes de la matanza del 2007, imágenes que seguramente se repetirán, pero en proporciones mayores, este año. 

Me duele.