Redescubriendo el Oporto

La historia dice que los responsables de hacer famoso este renombrado vino fueron los ingleses. En alguna de las muchas confrontaciones que han tenido con los franceses a lo largo del tiempo, finales del siglo XVII y principios del XVIII, cuando prohibieron la importación de vinos del país galo, no disminuyó su gusto por esta bebida pero si cambió el lugar de donde lo importaban. El país sustituto en este sentido fue Portugal, y sus vinos adquirieron creciente fama. Tal vez esto explique una gran ironía histórica y comercial:  las principales empresas elaboradoras de Oporto son inglesas. 

El oporto es un vino complejo, puede ser blanco o tinto, pero siempre es un genérico en el que participan varias cepas de uva diferentes. En el caso de los tintos, se emplean cinco uvas: la tauriga nacional, la tauriga francesa, la tinta roriz – también llamada tempranillo– y las llamadas tinta barroca y tinta cao. En el caso de los blancos, se emplean la malvasia, rei, rabigato, codega y viozinho. 

Basta de tanto tecnicismo, pasemos a la acción. ¿No se les antoja un maridaje extremo? ¿Qué tal un poco de Oporto con un buen queso Roquefort o Stilton? Este es un buen caso en el que los sabores extremos logran una combinación perfecta. (Tal vez podríamos aprender de esto para lograr construir una buena pareja, ¿no creen?)

Salud y buen provecho. 

Comentarios

mArXelLa ha dicho que…
No sé si es casualidad o algo parecido, pero hoy pensaba en Oporto precisamente y en lo lejos que esta de mi. Claro que se me antoja un vino con un quesito mmm combinación perfecta! Me gusta la idea...
LaClau ha dicho que…
Marxella!
Nada está demasiado lejos cuando se encuentra tan sólo a un pensamiento de distancia.
Un beso.

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